domingo, 20 de marzo de 2011

"¿El amor nace de la vista? Pruebe morder"

El amor se relaciona intrínsecamente con todos los sentidos de los que se aman. No puede existir amor sin percepción, como tampoco puede existir amor si los que aman no tienen el deseo de hacerlo. ¿El amor nace de la vista? Sí, pero ese amor se llama atracción, que ineludiblemente es una clase de amor, pero no el único.

Como resultado a esta afirmación podemos describir una serie de percepciones que producen un estado de enamoramiento, pero no definen el sentimiento, en lo más mínimo.

Así, encontramos un aliado perfecto para el amor; las coincidencias. Una palabra o una idea pueden acercar a dos personas de sexo opuesto instantáneamente. Sobre todo si esa palabra resume un ideal o un gusto muy marcado en la personalidad de ella. Por ejemplo: - El día que tenga hijos, jamás los llevaría a Eurodisney- o - ¿Te gusta Mecano? a mi también.

Otro rasgo es el factor químico, en el cual es innecesario reflexionar y hasta imposible de afirmar o refutar. Este tipo de atracción se basa en el contacto; donde, un roce, una mirada o un suspiro puede ser un imán similar a las caricaturas de los dibujos animados marca ACME. La química se refleja en todos los aspectos de la relación a futuro. No necesariamente hay coincidencias, es yin/yan, es cóncavo y convexo, es un buen chiste y tu risa, etcétera. Podemos ligar esta simple descripción a la percepción táctil, visual y olfativa.

Existen también atajos para el amor. No es broma que existan las brujas que lo procuran por dinero, como también hay perfumerías y afrodisíacos. Hay sabores y aromas que nos provocan porque se alojan en algún sector de la mente, como un recuerdo, pero no se relaciona con una situación del pasado, sino que trae a la mente a una persona, acompañada de un deseo y de un porqué exento de respuesta. Existen trampas en el amor y esta es una de ellas, desconfíen de los aromas artificiales. Ahora, si ese aroma o ese sabor son naturales, estamos entonces dentro del factor químico. Nota: En el caso del sabor natural le recomendamos lamer algo tocado por esa persona (que seguramente le sabrá salado), de lo contrario deberá ser más desfasado y animarse a morderla para constatar.

Por último, existen personas que debido a sus malas experiencias pasadas establecen las bases en el amor inteligente. En resumen, “esto me conviene”, y no se trata de conveniencia material, es más bien una elección que busca tapar errores de pasiones pasadas, persiguiendo la premisa del amor a primera vista, y de su derivado inmediato: El amor nace de la vista; y fracasaron.

Antes de terminar, quisiera dejar por sentado que estoy de acuerdo en que “el amor nace de la vista”, pero a esto le seguirá la etapa de constatación química, para pasar luego por el entendimiento o coincidencias. Y si se dan estos cuatro factores, en cualquier orden, hay amor en puerta, aunque sea pasajero. Si se dan las dos primeras (vista y química) hay romance por lo menos. Y cuando se dan solo “entendimiento y coincidencias” es más factible la amistad o la amistad con privilegios, depende mucho de la insistencia de la parte que se enamore primero, allí entran las brujas, las perfumerías y “esto me conviene”. Pruebe morder.

En resumen, el amor nace por una perfecta combinación de motivos y puede morir por esa misma combinación. El reto será resucitarlo repetidamente y eso dependerá de explorar nuevas capacidades perceptivas.

1 comentario:

jero dijo...

Muchas gracias por el comentario, les hago una consulta, ¿Cómo dieron con el blog?
Estaré pendiente de oir su programa.