jueves, 3 de marzo de 2011

"Insultar, decir, comunicar"

El insulto
Hay ciertos asuntos que deben ser tratados con la vara de: un poco de su propia medicina.
Y hay temas que pueden ser analizados simultáneamente para aportarles una nueva óptica y así poder mezclarlos logrando contraste, como lo hace un chef, que revuelve ingredientes buscando alcanzar ese sabor que escapa al entendimiento. O el perfecto maridaje entre un plato y esa bebida que nos impide definir la palabra placer porque no se asemeja el término al sabor.
Hay expresiones que no logran resumir esa sensación perceptiva, es por eso que buscamos atajos para ir encontrando un léxico adecuado. Y justamente en esa búsqueda, o exploración perfeccionista, es cuando caemos en la trampa.
Hablo del impulso verbal y popular que tiene como fin el entendimiento de una idea, pero también puede provocar negativamente al prójimo: se trata del insulto.
No podemos hablar de él y de su rol en nuestras vidas sin meternos en sus incómodos zapatos.
El fin del insulto está asociado a situaciones que otros hacen y que no entendemos o nos ofenden. Debemos saber que hay personas que no encuentran un equilibrio en esta forma de comunicación e insultar nos les funciona como herramienta, sino que, por el contrario, se les presenta como una piedra en el camino por no saber hacerlo.

Hábitos de quien no sabe insultar:

a) bajar la voz al momento de hacerlo. Ejemplo: mierda. Correcto: ¡MIERDA!
Sinónimo más apropiado: Porquería.

b) decir mal el insulto: Ejemplo: Istúpido/a, invecil (estirando la b al punto de parecerse en una v), indiota, etc. Sinónimo más apropiado: bobo/a.

c) decirlo cuando la otra persona ya se volteó y además hacerlo suave. El insulto debe salir desde las entrañas más profundas, como un ventrilocuo harto de serlo.
No proponemos ejemplos. Le sugerimos practicar frente al espejo.

d) no insultar si a usted no le agradan las peleas físicas: debe asegurarse que a quien intenta ofender domina el idioma más que su ira y no intentará devolverle el insulto de otra manera.

e) por último, el hábito más común de quien no sabe insultar, obviamente es no hacerlo. Le recomendamos explorar en algunos de estos términos, que son fáciles de memorizar y en una palabra usted podrá manifestar un párrafo descriptivo, ahorrará tiempo y esfuerzo. Son muy útiles cuando se dicen en la cara y en el momento indicado. De lo contrario es mejor que lo haga en compañía de algún experto. La mayoría forman parte del diccionario.

Quisiera enumerar las situaciones cuando es permitido (indultado) un insulto.
Antes de eso, trate de no insultarse a sí mismo, eso lo hará ver mal frente a los demás y permitirá que otros también lo insulten.

a) como respuesta a un insulto hacia usted. Si lo merece mejor quédese callado, mañana puede ser su turno.

b) para hacer reaccionar a alguien que no está poniendo atención en reiteradas ocasiones. Sobre todo si lo hace con frecuencia. También puede funcionar mostrarle una parte íntima, solo para atraer su atención. Si usted es jefe debe analizar bien este punto, o mejor no lo haga.

c) con amigos/as.

El idioma es tan rico y poderoso, pero siempre vamos por la veredita de la sombra, pisando la arena del que clava la sombrilla en la playa, pidiéndole disculpas para luego voltear la cara y pensar, este tarado con sombrilla en la playa.
Y el tarado piensa: - Este pibe de porquería ¿qué hace pisando mi parcela de arena?

Muchas veces el insulto es utilizado para pordebajear al otro. Y es utilizado con frecuencia para calificar la mentalidad de los individuos. Los insultos más utilizados y aprobados por la lengua son: tarado, estúpido, bobo, idiota, orate, imbécil, entre otros. Todos persiguen el mismo fin: degradar la capacidad de pensamiento.
El insulto enmarca y confirma que el idioma es una pieza de arte tallada de a poquito, con paciencia y tan perfecta y heterogénea que no todos logramos admirarla desde la misma perspectiva.
Vamos a conjugar el insulto con el decir. Alertando de la posibilidad de quedar atrapado en el primero a partir del segundo.

El Decir
Lo que decimos nos da identidad y como lo decimos nos da carácter, lo que dejamos de decir es un as en la manga y lo que no podemos dejar de decir no es reembolsable.
Es crucial alcanzar a desarrollar un léxico semi pausado y relajado, colocando emoción, como quien marca correctamente las tildes y lo principal, no ser excedido en el tiempo que se nos da para hablar. Es como un deporte, solo que mental, tú la lanzas a mi campo y yo te la devuelvo.
En el proceso de entendernos hay también carreras y ponchados. Hay que moverse rápido para no ser atrapado y lo suficientemente sinceros como para hundirnos en nuestro propio barco hecho de ecos, voces y de palabras.
Un ejercicio simple es contarle a alguien o a usted mismo que hizo hoy. Escúchese hablar, logre abstraerse y oir su voz en diversos campos auditivos. Es importante que se sienta seguro de su tono, que pruebe y compruebe su potencial.

Debemos conocer ciertas reglas que debemos evitar. Pero antes de mencionarlas deberemos establecer una regla de oro: Le recomendamos pensar antes de hablar y para eso es importante tratar de darse a entender con la menor cantidad de palabras posibles.

Hábitos de quien no piensa antes de hablar:

a) no hace pausas en ningún momento de su discurso y necesita expulsar un cúmulo de palabras porque no sabe hacia donde va. Es como quien arma algo y despues intenta ver a que se parece.

b) dice estupideces.

c) hace pausas innecesarias y estira las sílabas porque está pensando en otra cosa. Puede haber tartamudeo utilizado como pausa.

d) necesita anotar las ideas lo cual desarticula más su discurso y erradica la única posibilidad de atención, ya que involucra varios sentidos, equivalente a mayor esfuerzo. Además pasa varios minutos buscando en que anotar y dispersa el tema. Caos en la comunicación.

e) el recepetor puede insultar perfectamente a este sujeto.

f) todas las anteriores.

Sirve de consuelo saber que todos nosotros hemos pasado alguna vez por situaciones similares a las detalladas más arriba, pero mientras menos tiempo permanezcamos en este grupo, mejoraremos el espacio retentivo del individuo receptor y evitaremos movimientos de mandíbulas, o lo peor de todo, los bostezos.
En este ejemplo es muy importante saber que siendo turista o forastero es muy probable que los oriundos lo coloquen en este grupo. Intente salir de cualquier forma, aunque deba recurrir a frases recurrentes, como por ejemplo:
“Donde fueres, haz lo que vieres” Hágalo.
Para finalizar quisiera yuxtaponer un par de ejemplos que avalan la evidente tendencia hacia comunicaciones efímeras que van amenazando nuestro idioma porque generan ruido, (sustentandas por la globalización que ha generado-degenerado- fuertes lazos entre culturas y lenguas) y así aparecen términos ingeniosos, que perturban la comunicación porque no aportan nada nuevo. (no profundarizaré en el tema, es como explicar el proceso respiratorio, obvio, maravilloso y aburrido)
Un ejemplo de esta tendencia está vinculado a los nuevos medios de comunicación, todos ellos tecnológicos y de carácter express, como los sistemas de chateo, los exhimios sms (mensajería de telefonía instantanea), etc. Se trata de la simbiosis in-out, donde tú decides donde estar.

Debemos lograr entender el fin de los idiomas, para incorporarlos, pero no para destruirlos.

Como en este caso de Anuncio Publicitario:

Caso ejemplo: Aprende inglés para ganar más MONEY!

Haré un rápido ejercicio de posibles casos y los invito a que me ayuden pensando nuevos caminos para comunicar lo que el anuncio quiere decir.

Caso 1: Correcta aplicación de la idea (antisistema):

¿Sabías que en otro lado del mundo trabajar se dice MONEY?
Aprende lo bueno del inglés.

Caso 2: Correcta aplicación de la idea (mismo fin evolucionado):

Harmony: Armonía
Aprende correcto inglés. Te apuesto que lo lograrás.

(un fonema relaciona la idea con el fin de la comunicación, en este caso el término mony cumple ese rol)

Caso 3: Correcta aplicación de la idea (mismo fin evolucionado):

Armonía en Inglés se dice:
Harmoney o Harmony?
Aprende lo mejor del inglés.

(un error ortográfico imperceptible por el prospecto –target- que refuerza aprender un nuevo idioma para conseguir mayores ingresos y propone investigar)

Pensar en términos publicitarios nos ayudará a explorar para encontrar los términos adecuados.
Colocar palabras, no es solo fonética, ritmo, tono, tempo y armonía. Debemos evitar las palabras vacías de contenido o peor aún, las frases y conceptos vacíos de contenido. Antes de llegar a esta encrucijada, es preferible un oportuno insulto, que es conocido por todos, que generará reacciones un tanto más profundas e involucrará a todo aquel que lo lea porque, al igual que en la publicidad, son mensajes concisos que deben resumir: emoción, lógica, inteligencia, originalidad, persuasión, un sentido y deben ser entendidos por personas de diversas esferas. (relativo). Ambos deben ser correctos y apropiados.
Para terminar este mínimo análisis, quisiera dar una conlusión personal proponiendo que logremos encontrar un equilibrio entre la forma de comunicarnos sin abusar de ningún recurso. En este caso puntual quise detenerme en la función del Insulto intentando incorporarlo al Decir, y proponiendo un tipo de pensamiento similar al que utilizan los que inventan comunicación publicitaria, porque he caído reiteradas veces en la trampa de un uso inadecuado y, si no dominamos ambos, podemos caer fácilmente en las fauses de cualquiera de los dos. Y esa trampa se llama “maldecir”.

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